Figura 1. Estatua en Loja de Morayma, la última Reina de Granada. (https://es.wikipedia.org/wiki/Morayma)
Figura 1. Estatua en Loja de Morayma, la última Reina de Granada. (https://es.wikipedia.org/wiki/Morayma)

La última vez que Boabdil, el último Rey nazarita, lloró en tierras granadinas no fue en la famosa y mítica escena del “Suspiro del Moro”, tal y como nos ha contado la Historia hasta hoy. Las últimas lágrimas del Rey Chico, como era conocido entre sus súbditos, se vertieron sobre una tumba, en un pequeño pueblecito granadino llamado Mondújar. En esa tierra dejó Boabdil los restos mortales de la persona a la que amó tanto como a Granada, a su esposa Morayma, la mujer que se mantuvo fiel a su lado, que le dio dos hijos y que sufrió en silencio, tanto como él, su vida y su desdichado reinado.

Entre febrero de 1492 y agosto de 1493, las tierras almerienses de Andarax, Berja y Dalías fueron testigos mudos del único año de felicidad de Boabdil y su esposa tras conseguir que los Reyes Católicos les devolvieran a sus hijos, después de nueve largos años de secuestro. Él se adaptó pronto a su nueva situación y vivía feliz, inconsciente, rico, regalando dinero y cazando con galgos y halcones por los campos de la Alpujarra almeriense. Pero la desgracia, que ya se había cebado desde el nacimiento del Rey Chico con la última familia de la dinastía nazarí, no cesó en su empeño de que el destino corroborara la profecía. En medio de un inmenso lago de tristeza Morayma quedó encinta, lo que le devolvió parte de la felicidad arrebatada. Fue entonces cuando ambos decidieron abandonar las Alpujarras camino de Fez, con cuyo Rey Boabdil mantenía una fraternal amistad, para empezar una nueva vida desde cero. Pero antes de partir, en la primavera de 1493, Morayma cayó enferma. Cuando la hermosa Reina se puso de parto, el 20 de agosto de 1493, las complicaciones hicieron que tanto ella como la niña que llevaba en su vientre perdieran la vida.

La muerte de Morayma, su entierro y la partida de Boabdil queda perfectamente descrita en varios documentos. Uno de ellos es una carta del secretario Hernando de Zafra a los Reyes Católicos fechada el 28 de agosto de 1493 en la que dice: “La Reina mujer deste Muley Boabdilí, murió, y creo que aprovechó su muerte para el servicio de Vuestras Altezas, porque su dolencia daba algún embarazo a la partida del Rey: agora queda más libre para lo que ha de hacer.

Cuando murió Morayma, según la costumbre musulmana, sus sirvientes lavaron su cuerpo y lo perfumaron con almizcle, alcanfor y otras sustancias aromáticas. Inmediatamente después, el cadáver fue envuelto en un sudario de color blanco sin coser ni en la cabeza ni en los pies. Tras este rito, Morayma fue colocada sobre unas parihuelas, cubierta con su hhaik (vestido). Un grupo de cuatro o cinco hombres, los de más confianza de Boabdil, portaron el cadáver junto a otro numeroso grupo de personas en una macabra, triste y lúgubre procesión, recorriendo más de 100 kilómetros con los restos de Morayma a través de las intrincadas Alpujarras para sepultarla junto al resto de los Reyes nazaritas, en el Cementerio Real de Mondújar.

Los últimos fieles del Rey Chico participaron de una ceremonia rodeada de tristeza. Había muerto Morayma, una mujer discreta, amante y amada por el Rey más desgraciado de los nazaritas. Todos los fieles estaban allí: se trataba del entierro de la Reina, la última Reina de Granada y, hasta ese día, la única Reina de las Alpujarras.

La triste comitiva se dirigió hacia la puerta de la mezquita a la hora de la oración del mediodía. Terminada ésta, el imán anunció que había un muerto en la puerta y todos los asistentes se levantaron para orar brevemente en común por el reposo del alma del fiel creyente…, pero el cadáver no entró en la mezquita.

Acabada la oración volvió el cortejo a ponerse en marcha y a caminar con pasos precipitados. Según la tradición musulmana, los ángeles de la muerte, Munkar y Nankir, estaban aguardando a Morayma en el sepulcro para interrogarla sobre sus actos en vida y pronunciar el fallo que decide su suerte. Pero antes de llegar a la que sería su última morada y aún hoy perdida, a cada instante los portadores se intercambian, porque todos deseaban participar en aquella obra de misericordia. Todos querían llevar sobre sus cuerpos el fallecido de la Reina. Mientras duró el camino, la comitiva no dejó de cantar versículos del Corán.

Llegados al cementerio y después de una breve oración, el cadáver fue colocado en la huesa sin ataúd. La inhumación de Morayma se realizó en una fosa estrecha donde el cadáver se colocó sobre la tierra mirando hacia La Meca. De esta forma, quedaba cumplido el deseo de Morayma de ser enterrada en Mondújar y con un estricto rito musulmán, ya que en vida y en su testamento dejó clara su profunda religiosidad.

Una vez depositado el cuerpo en su tumba, se colocó una laja de piedra y se construyó un túmulo de tierra formada por gradas de mortero o sillares de arenisca sobre la que reposaba una lápida o una macabrilla de mármol. Terminado esto, la comitiva volvió a la casa de la difunta para saludar a Boabdil y al resto de la familia.

Figura 2. Mondújar, el lugar donde reposan los restos de Morayma. (http://www.adurcal.com/enlaces/mancomunidad/guia/lecrin/mondujar/morayma/index.htm)
Figura 2. Mondújar, el lugar donde reposan los restos de Morayma. (http://www.adurcal.com/enlaces/mancomunidad/guia/lecrin/mondujar/morayma/index.htm)

En su testamento, Morayma dejó parte de sus tierras a Hamet Aziguy, Helil Açogayar y Mahomat Almeyres para que las cuidaran y labraran. También dejó dicho que la mitad de lo obtenido por el cultivo de las tierras lo entregaran a la mezquita, al alfaquí y a sus mayordomos. Asimismo, pidió que se rezara dos veces por semana sobre su tumba por siempre jamás.

Morayma sigue enterrada allí, en algún lugar entre la colina que sostiene las ruinas del importante castillo de Mondújar y las verdes tierras del Valle de Lecrín, a escasos 30 kilómetros de la Alhambra. Sigue en ese lugar desconocido hasta ahora que, además, también debe albergar los restos de los Reyes nazaritas que gobernaron el Reino de Granada.

FUENTES:

    • http://www.adurcal.com/enlaces/mancomunidad/guia/lecrin/mondujar/morayma/index.htm (Consulta: 20 de enero de 2017).
    • http://www.cardenalbelluga.es/milenio1/morayma.html (Consulta: 20 de enero de 2017).