Figura 1. Vista de Santa Fe desde el suroeste dibujada por Pier María Baldi en 1669 que ilustra el libro de Cosme de Médicis, “Viaje por España y Portugal (1668-1669)”. Edición y notas por Ángel Sánchez Rivero y Ángela Mariutti de Sánchez Rivero. Madrid, 1933, vol. II. El edificio que aparece enmarcado en una línea de puntos podría tratarse de la ermita de Santa Catalina, aún en pie en esa época. Espinosa Cabezas (1995)
Figura 1. Vista de Santa Fe desde el suroeste dibujada por Pier María Baldi en 1669 que ilustra el libro de Cosme de Médicis, “Viaje por España y Portugal (1668-1669)”. Edición y notas por Ángel Sánchez Rivero y Ángela Mariutti de Sánchez Rivero. Madrid, 1933, vol. II. El edificio que aparece enmarcado en una línea de puntos podría tratarse de la ermita de Santa Catalina, aún en pie en esa época. Espinosa Cabezas (1995)

Respecto a su ubicación, el dato válido más preciso sigue siendo el de la localización de la desaparecida ermita de Santa Catalina, pues por un documento de los Reyes Católicos fechado en Segovia el 7 de agosto de 1494, éstos donan “(…) a la ciudad de Santafee y sus vezinos de el sitio Real donde tubieron su asienda sus magestades: a ezepcion de 150 marjales de tierra de que izo grazia y merced al Real Monasterio de señor sant Geronimo desta ziudad de Granada al rededor de la Hermita de Santa Cathalina que en la dicha ziudad tenia (…)”. Como demuestra documentalmente Eladio Lapresa Molina, esta ermita coincidía con el lugar donde tuvo su aposento la Reina Isabel, pues ésta “(…) fundó en Santa Fé el convento de frailes Geronymos con el título de santa Catalina la martyr en gracias del buen sucesso que tuvo aqui el incendio de la tienda Real, y se fundó en su mismo sitio; y como enfermaron los frayles no pudieron perseverar en el, y con lincencia de la Reyna vinieron a fundar a Granada (…)”, “(…) por haber quedado aquel sitio de la estancia del exercito inmundo y poco sano (…)”. En la vista de Santa Fe tomada por el dibujante Pier María Baldi (que acompañaba a Cosme de Médicis en su viaje por España y Portugal en 1668) desde un punto al suroeste de la misma –si tenemos en cuenta la silueta de Sierra Elvira como fondo del dibujo–, se representa un edificio religioso a la derecha de la ciudad. Quizás ésta pudiese ser la ermita de Santa Catalina (figura 1), pues aún en ese momento se encontraba en pie. En 1705 se hundió la parte de la capilla mayor de la ermita, por lo que a continuación hubo de completarse su demolición. En 1729, con motivo de la visita de Felipe V a Santa Fe que se produjo el siguiente año, los frailes reedificaron la ermita, sin embargo la iglesia “se hizo no en la parte que estaba y sí a la vista de Santafe”. Esta nueva construcción, de la que hasta principios del siglo XX aún se conservaba el arco de entrada englobado dentro de la tapia del cortijo homólogo, debía de estar situada cerca de la calle santaferina que hoy tiene el mismo nombre, a la espalda de la ermita del Cristo de la Salud. En el Catastro de la Ensenada de 1752 aparecen inscritos 170 marjales a nombre del Monasterio de la Orden de San Jerónimo de Granada, aunque en 1835, como consecuencia del proceso desamortizador de Mendizábal, el citado monasterio fue expropiado. Quince años más tarde don Antonio Díez de Rivera y Zapata, Marqués de Casablanca, adquirió en subasta las antiguas haciendas de la Orden de San Jerónimo, cediendo al Ayuntamiento de Santa Fe en 1855 quince marjales de tierra para la construcción del nuevo cementerio de la ciudad, superficie que coincide exactamente con las dimensiones del cementerio actual de Santa Fe. No sería de extrañar que entre estos 15 marjales estuviesen situadas las ruinas de la primigenia ermita de Santa Catalina, por lo que al estar santificado el lugar, el Marqués de Casablanca lo cedería a la ciudad como camposanto.

Figura 2. Detalle del plano parcelario del término de Santa Fe, de 1906, sobre el que se ha indicado el sistema de acequias que suministraban agua a los Reales de la Vega y de Santa Fe. García Pulido y col. (2005)
Figura 2. Detalle del plano parcelario del término de Santa Fe, de 1906, sobre el que se ha indicado el sistema de acequias que suministraban agua a los Reales de la Vega y de Santa Fe. García Pulido y col. (2005)

En un plano parcelario de Santa Fe de 1906 (figura 2) aparecen con bastante claridad las improntas aún perceptibles del Real de la Vega, en una época en la que la parcelación no estaba tan transformada como ahora. En él se pueden observar una serie de propiedades de grandes dimensiones delimitadas al norte por la Acequia Real Vieja y la Acequia Madre y al sur por un brazal de dicha acequia. Estas parcelas se quedan a los lados del Camino de Belicena y el Camino de la Tarasca (hoy Camino de los Guacharros), que en origen constituyeron el Camino Viejo de Belicena, y que debió de funcionar como calle principal del Real de la Vega, estableciéndose las tiendas a ambos lados del mismo. En el tablero del coro de la Catedral de Toledo en el que se representa Santa Fe, este camino podría aparecer significado por el espacio que queda entre las dos hileras de tiendas, al fondo del cual se ve Granada.

Existen otros datos documentales que nos pueden precisar esta posición del Real de la Vega, sobre todo los que se refieren a la ubicación del cementerio del propio campamento. Francisco Pizarro, artillero Real que había estado en el sitio de Granada y que después se avecinó en Santa Fe, testimonió en 1532 que el camposanto guerrero lindaba “con una acequia que oy se dize del Real, e de la otra parte de la cava, el qual çimenterio esta al lado de la cava”. La posición de la Acequia Real Vieja es conocida por el plano parcelario de 1906, y la cava castrense a la que se refiere sería la que en este plano es identificada como Acequia Madre. Por otra parte Juan de Guzmán, vecino heredado en Santa Fe, decía “que vido que en el dicho sytio e çimenterio se enterravan mucha cantidad de muertos en hoyo y unos sobre otros, que no cabyan en el dicho çimenterio tantos muertos como heran”, y el interrogatorio propuesto por el procurador Juan de Mendoza cifraba en cinco mil los enterrados, entre los cuales se encontraban “muchas personas prinçipales”, aclarando que el cementerio fue consagrado por el primer arzobispo granadino y que su representado, decía cuatro misas mensuales en memoria de los guerreros difuntos. Otros declarantes concretaron que fray Juan de Ávila levantó en 1507 una ermita para el culto en este lugar, quien además dispuso en su testamento una dotación. En los interrogatorios de un pleito de 1532 se destina el terreno de unos doce marjales (6.636 metros cuadrados) donde estaba el cementerio del Real y la ermita de San Juan de los Reyes para ejido y prado, ermita que debió de coincidir con la que erigió fray Juan de Ávila. Aún hoy existe un pago y un camino llamado del Puente de San Juan, ubicados en el espacio delimitado por la Acequia Real y la Acequia Madre, con lo que el cementerio castrense pudo estar ubicado en ese entorno, junto a la confluencia de ambas acequias, ocupando una superficie de unos doce marjales de tierra, como antes ha quedado expuesto (figura 3).

Figura 3. Hipótesis idealizada del trazado y emplazamiento del Real de la Vega dibujado sobre el plano del término municipal de Santa Fe (Diputación Provincial de Granada, 2001). Para la realización de esta hipótesis se ha tomado como base el croquis del campamento militar que aparece en el “Tratamiento de Re Militari” de Diego de Salazar (1536). García Pulido y col. (2005)
Figura 3. Hipótesis idealizada del trazado y emplazamiento del Real de la Vega dibujado sobre el plano del término municipal de Santa Fe (Diputación Provincial de Granada, 2001). Para la realización de esta hipótesis se ha tomado como base el croquis del campamento militar que aparece en el “Tratamiento de Re Militari” de Diego de Salazar (1536). García Pulido y col. (2005)

¿Quiere conocer un poquito más acerca del Real de la Vega? Le seguiremos contando más cosas en la próxima publicación…

 

FUENTES:

    • ESPINOSA CABEZAS, ÁNGEL. Santa Fe. Aproximaciones geográfico-históricas. Excmo. Ayuntamiento de Santa Fe, Empresa Pública del Suelo de Andalucía, Librería El Hidalgo, 1995. ISBN: 84-605-3949-0.
    • FERNÁNDEZ APARICIO, MIGUEL ÁNGEL. Santa Fe, traza y orden. Santa Fe: [Granada]: s.n., 2006. ISBN 84-689-7721-7.
    • GARCÍA PULIDO, LUIS JOSÉ; ORIHUELA UZAL, ANTONIO. “La imagen de Santa Fe (Granada) en la sillería del coro bajo de la Catedral de Toledo”. Archivo Español de Arte, LXXVII, 2004, 307, págs. 247-266. ISSN: 0004-0428.
    • GARCÍA PULIDO, LUIS JOSÉ; ORIHUELA UZAL, ANTONIO. “Nuevas aportaciones sobre las murallas y el sistema defensivo de Santa Fe (Granada)”. Archivo Español de Arte, LXXVIII, 2005, 309, págs. 23-43. ISSN: 0004-0428.
    • LAPRESA MOLINA, ELADIO. Santa Fe: historia de una ciudad del siglo XV. Universidad de Granada, 1979. ISBN: 84-338-0112-0.