Como ya aclarábamos en artículos anteriores, la finalidad de esta serie de publicaciones –que hemos titulado “La historia de los vencidos”– no es otra que la de ofrecer un poco de luz acerca de cómo vivieron sus últimos días y del paradero de aquellos que durante algún tiempo gobernaron todo un Reino, el Reino de Granada. Si ya de por sí son escasos los datos que nos ofrecen las crónicas y los libros de historia sobre la vida de estos personajes tras la toma de Granada, mucho más difícil es intentar conocer qué sucedió con ellos tras su muerte.

Ya relatamos en su momento lo que cuenta la leyenda acerca de la tumba del gran Muley Hacén aunque, a decir verdad, como toda buena leyenda, tiene pocos visos de ser cierta. La realidad es que el cuerpo del viejo Rey se llevó a la Alhambra y fue enterrado en la Rauda, en el panteón de los Reyes nazaríes. También comentábamos en otro artículo cómo parecía haberse identificado la tumba del Zagal en la ciudad de Tremecén, en la necrópolis de los Reyes Zayyaníes de Sidi Brahim. Pero… ¿qué hay de la tumba de Boabdil? ¿Dónde descansan los restos del último Rey de Granada? Poco se sabe sobre ello y, por supuesto, no encontraremos respuesta alguna en los libros de historia. Investigando un poquito sobre estas cuestiones y tras encontrarnos con múltiples opiniones al respecto, hemos seleccionado un artículo publicado por el periódico ABC el 2 de marzo de 2013 pues, según nuestro inexperto criterio, es el que más puede acercarse a la verdad. Así pues, resumimos a continuación el mencionado artículo titulado “En busca de la tumba de Boabdil”, tomándolo como cierto con los datos que actualmente se conocen. Esperemos que, dentro de algunos pocos años, podamos tener mayores certezas a este respecto.

Figura 1. Boabdil “el Chico”, último sultán de la dinastía nazarí.
Figura 1. Boabdil “el Chico”, último sultán de la dinastía nazarí.

El último Rey de la Granada musulmana, Boabdil “el Chico”, murió en la ciudad marroquí de Fez en 1527 (ó 1533, según las crónicas consultadas), y su cuerpo fue sepultado en un lugar donde ahora un equipo hispano-emiratí se propone desenterrarlo y, de camino, sacarlo del desprecio con que la Historia lo ha tratado.

Este proyecto, capitaneado por el cineasta español Javier Balaguer, lo ha financiado el emiratí Mustafá Abdulrahman. Balaguer está preparando tanto un documental como un largometraje de ficción sobre lo que llama “un hombre maltratado por la Historia, pese a que le debemos la salvación de Granada y de la Alhambra”.

Como ya les hemos contado en publicaciones anteriores, Boabdil perdió Granada en 1492, lo que significó el fin de al-Ándalus en la Península Ibérica y, tras pasar algún tiempo en la Alpujarra granadina, se exilió con su familia a Marruecos, en lo que entonces era el Sultanato de Fez. Allí vivió como un príncipe, huésped del Sultán hasta su muerte.

Sin mezclarse nunca en luchas palaciegas de Fez ni desempeñar ningún cargo relevante, permaneciendo siempre a la sombra, vivió 40 años más y murió discretamente en 1527 (ó 1533, según los autores), según refiere Virgilio Martínez Enamorado, que ha ejercido como asesor científico del citado proyecto.

Enterrado en una “musalla”

Figura 2. Imagen de la “musalla”, o ermita, donde se cree que está enterrado el último Rey moro de Granada. (http://www.abc.es/cultura/20130302/abci-buscan-tumba-boabdil-201303012121.html)
Figura 2. Imagen de la “musalla”, o ermita, donde se cree que está enterrado el último Rey moro de Granada. (http://www.abc.es/cultura/20130302/abci-buscan-tumba-boabdil-201303012121.html)

Fue unos 150 años después cuando el famoso historiador árabe llamado al-Maqqari, que decía haber conocido a los descendientes de Boabdil, reveló que el Rey desdichado había sido sepultado en una “musalla” (una especia de pequeña ermita) cercana a la Puerta de la Justicia de la ciudad de Fez, una de las más importantes e imponentes de la antigua ciudad.

La puerta ha cambiado de nombre a lo largo de los siglos, ahora es conocida como la “Puerta del Quemado”, pero la ermita sigue allí, en mitad de un descampado que durante los últimos días ha sido tomado por Balaguer y el geofísico Luis Avial, quien –según este medio– ha llevado a cabo una prospección del terreno con georradar y asegura que ha encontrado restos humanos de dos esqueletos más dos lápidas.

Las dos lápidas pueden ser un buen indicio, pues es bastante frecuente que los sultanes se enterrasen junto a algún santón, y la ermita es conocida en el barrio como “la tumba de (el santo) Sidi Bel Kasem”, aunque el recuerdo de Boabdil se haya borrado.

Sin embargo, la maraña burocrática marroquí –y, más concretamente, saber quién da el permiso– ha impedido que los especialistas puedan llevar a cabo una excavación arqueológica y forense y tomar muestras que puedan pasar los análisis de carbono 14 y datar, al menos, su antigüedad, así como la edad o las posibles enfermedades que tenían esas personas al morir.

El Ayuntamiento de Fez ha instado a los diferentes ministerios capaces de permitir o bloquear las excavaciones –Cultura, Asuntos Islámicos e Interior– a que pronuncien su dictamen definitivo que permita empezar las excavaciones cuanto antes.

El famoso forense vasco Francisco Echevarría, exhumador de fosas de la Guerra Civil y perito en casos como el de los niños de Córdoba, Ruth y José, acompañado de un equipo de cuatro arqueólogos de la Sociedad Aranzadi, se ha comprometido con Balaguer a analizar los restos si llega el permiso, y asegura obtener los resultados de su análisis en solo dos meses.

El último descendiente de Boabdil

Si se llegase a confirmar, tras los análisis, que en la ermita hay sepultado desde hace casi cinco siglos un hombre de unos 70 años de edad, entonces podría cotejarse su ADN con el de un varón vivo y residente en Méjico. Este hombre asegura poder demostrar que pertenece al linaje de Boabdil, a partir de una hermana o una hija del Rey que se cristianizó con el nombre de Isabela para poder quedarse en Granada, la cual tuvo un hijo con Fernando el Católico y sus descendientes, al parecer, “hicieron las Américas”.

Además, en caso de que fuese necesario, existe la posibilidad de buscar más restos de familiares de Boabdil, que se saben enterrados en el castillo de Almuñécar, próximos a Granada, asegura Abdulrahman.

El mecenas emiratí –y eso quiere hacer también Balaguer– quiere reivindicar la figura de Boabdil ya que, según él, fue “un hombre de Estado, no un guerrero, un gran negociador que debe pasar a la Historia porque prefirió, antes que la guerra, salvar la vida de todo un pueblo”.

El cineasta lamenta que Boabdil haya pasado a la Historia como un cobarde o hasta un traidor, famoso por una anécdota que además no ocurrió: la de que su madre le reprochó por “llorar como una mujer lo que no pudo defender como un hombre”.

El emiratí prefiere destacar que el Chico fue “un excelente político y un negociador” que supo preservar los derechos de los granadinos y que se llevó con él al exilio a varios miles de los que no quisieron quedarse en la Granada “reconquistada” (incluidos dos mil judíos que fueron expulsados en marzo de 1492).

“Fue un hombre víctima de las circunstancias históricas. Sería hermoso encontrar sus restos, pero, si no lo conseguimos, al menos habremos logrado que se hable sobre lo que fue: UN GRAN HOMBRE”.

FUENTES:

    • http://www.abc.es/cultura/20130302/abci-buscan-tumba-boabdil-201303012121.html (Consulta: 12 de enero de 2017).