Como ya les relatamos a lo largo de toda una serie de artículos anteriores, la Granada nazarí fue rendida mediante una larga guerra de desgaste. Para culminar esta empresa, los Reyes Católicos establecieron a lo largo de 1491 a todos sus efectivos en la Vega granadina, alojando a este contingente de tropas y bastimentos en las tiendas y chozas de un campamento militar, el Real de la Vega. Inmediatamente se iniciaron las obras de construcción de una ciudad-campamento para poder albergar una guarnición de invierno, el Real de Santa Fe, donde se introdujeron algunas de las innovaciones propias de la fortificación española de transición de la época medieval a la moderna. Debe quedar claro que, como menciona Ramón Menéndez Pidal, “aunque contiguas, fueron cosas distintas Santa Fe y el campamento fortificado, entre otras cosas, porque en el cerco de Santa Fe no cabían los 50.000 hombres de pelea que tuvo allí el Rey continuamente”. La confusión entre la ciudad y el campamento, en la que caen numerosos autores, se entiende, en parte, al leer las crónicas contemporáneas, ya que tanto el campamento como la ciudad tenían sus calles tiradas a cordel, con sus fosos y muros.

Figura 1. Tablero de la sillería del coro bajo de la Catedral de Toledo (1494-1495) donde aparecen los Reales de la Vega (izquierda) y de Santa Fe (derecha) con la ciudad de Granada en último término. Fernández Aparicio (2006)
Figura 1. Tablero de la sillería del coro bajo de la Catedral de Toledo (1494-1495) donde aparecen los Reales de la Vega (izquierda) y de Santa Fe (derecha) con la ciudad de Granada en último término. Fernández Aparicio (2006)

Tanto es así que Antón de la Barrera, escribano del reparto de tierras de Santa Fe, se refiere de distinta forma al Real de la Vega y al Real de Santa Fe (figura 2). El primero, corresponde al campamento cristiano, cuya tienda Real se situaba en la zona del actual cementerio de la ciudad, mientras que el segundo, corresponde al espacio del actual recinto histórico de Santa Fe. Por tanto, podría entenderse el Real de Santa Fe como “un barrio principal”, a la retaguardia del campamento cristiano, de menores dimensiones y de construcción más consistente que éste. Santa Fe se utilizó como alojamiento de una parte selecta de la hueste, y pretendió constituirse en último refugio de las tropas cristianas, para así garantizar el mantenimiento del terreno conquistado y frenar el paso de los musulmanes a través del Genil, desde Armilla al Soto de Roma. Quedaba así Granada cercada, restándole sólo la parte de Sierra Nevada para el abastecimiento de víveres.

 

Figura 2. Plano actual del entorno de Santa Fe donde se ha resaltado la ubicación del cementerio de la ciudad, la C/ Santa Catalina y la ermita del Cristo de la Salud, así como el perímetro de la ciudad y el trazado de las acequias históricas, algunas de las cuales han desaparecido en la actualidad (Diputación Provincial de Granada, 2001. Escala original del plano base 1:2.000). García Pulido y col. (2005)
Figura 2. Plano actual del entorno de Santa Fe donde se ha resaltado la ubicación del cementerio de la ciudad, la C/ Santa Catalina y la ermita del Cristo de la Salud, así como el perímetro de la ciudad y el trazado de las acequias históricas, algunas de las cuales han desaparecido en la actualidad (Diputación Provincial de Granada, 2001. Escala original del plano base 1:2.000). García Pulido y col. (2005)

Así pues, una vez aclarados ambos términos –que usaremos con bastante frecuencia tanto en esta como en las próximas publicaciones–, comenzamos una nueva serie de artículos en los que trataremos de acercarles a esa ciudad-campamento de barracones y trincheras que, a finales de siglo XV, se levanta en el mismo centro de la Vega de Granada. ¿Nos acompañan a través de este viaje en el tiempo por nuestra Historia?

El Rey assentó su Real muy ordenadamente allí [en el Gozco], a par de donde edeficó la villa de Sancta Fee, dos leguas [11.145 m] de Granada, donde continuamente tobo más de cincuenta mill honbres de pelea, en que avía diez mill de caballo (…). Fizo el Rey cercar el Real muy bien, de paredes e cavas, como lo tenía por costumbre en los otros cercos. E desque el Real fue fortalescido, la Reina e el príncipe e la infanta doña Juana vinieron al Real desde Alcalá la Real (…)”.

El enclave en el que se situó el Real de la Vega era una zona bien conocida por las tropas cristianas. Un claro precedente de este asentamiento militar fue el campamento establecido por Juan II con motivo de la Batalla de la Higueruela, cuando, tras entrar el ejército castellano el 28 de junio de 1431 con sus huestes ordenadas en la Vega de Granada, se asentó el Real en la orilla derecha del Genil, cerca de Atarfe. Todo el campamento se levantó firmemente en un solo día gracias al Condestable don Álvaro de Luna, como así lo testimonió su cronista: “Otro día, viernes, veynte e nueve días del mes de junio, dio el Condestable tan grand priesa que el Real del Rey fue çercado de un gran palenque, muy bien ordenado. Sería la çerca del palenque de tanto compás como la çibdad de Sevilla. E mandó dexar en él quatro puertas, por do entrassen e saliesen en el Real, que estaba ordenado por sus calles en muy fermoso asiento”.

Por su parte, el Rey Fernando el Católico frecuentó estas tierras desde casi el comienzo de la Guerra de Granada, pues ya el 21 de junio de 1483 “por la mañana, se asentó el Real á los ojos de Huetar [Huécar] (…)”. El lunes y martes siguientes demandó el Rey “al secretario Francisco de Madrid que tomase á su cargo derribar la torre que dice de Huecar, que estaba Xenil ayuso, baxo del Real”. Además, esta posición de los Ojos del Huécar (surgencia de agua que vendría a coincidir con la actual del Canal de los Ojos de Viana, localizada al noreste de Santa Fe) fue elegida porque “los moros no pudiendo resistir la tala que veían fazer de sus frutos acordaron enturbiar el agua que yba por las azequias donde los cristianos se proveían de manera que la hueste no se podía aprovechar de ella. E por esta causa el Rey mandó mudar su Real de aquel lugar e ponerlo cerca de unas fuentes que se llaman Ojos de Huécar, porque en mengua de agua la hueste no recibiera daño”. Esta situación volvería a repetirse a lo largo de la campaña de 1486 en la que “(…) abiendo entrado en la Vega hicieron un alto junto a una fuente que llamaban los moros los ojos de Guexar [Huécar] (…)”, y en la de 1490, cuando durante una incursión castellana por estos pagos “(…) tomaron la torre de Roma, que está a dos leguas [11.145 m] de Granada (…)”, torre que se ubicaba en el Soto de Roma, al noroeste de Santa Fe, junto al actual núcleo urbano de Romilla.

Finalmente, en los últimos días del mes de abril de 1491, partiendo Fernando el Católico desde Sevilla, entró en territorio nazarí tras pasar por las localidades de Alcalá la Real, Montefrío, Íllora y Pinos Puente, “y el Rey volvió a la Vega, é asentó su Real cerca de donde es oy dia Santa Fé, que es cabe los ojos de Huécar, que fué a veinte é seis dias de abril”. Desde este primer enclave en la Vega granadina “y después de estragar la tierra y asolar sus alquerías, marchó al valle de Lecrín é hizo lo mismo, matando y cautivando a sus moradores”. Tras esta cabalgada, “(…) el Rey se vino con toda su jente hasta El Goço [Gozco], que es poco más de legua y media [8.359 m] de la ciudad de Granada y un quarto de legua [1.393 m] del río Jenil. Y allí mandó asentar su Real, muy ordenado; y lo hiço cercar de cavas muy hondas, y en ellas sus puentes para las entradas y salidas de las jentes (…)”. Para Andrés Bernáldez “puédese contar el comienço del cerco desde veinte e seis de abril, (…), que bolvió el Rey al Padul, que assentó acerca de donde está agora la villa de Santa Fee (…)”, con lo que si creemos lo que dice este cronista, ya el 26 de abril comenzaría a asentarse el Real en su localización definitiva. Como señala el erudito local Ángel Espinosa Cabezas, esta ubicación última del Real en el pago del Gozco contaba con una serie de ventajas respecto a la de los Ojos del Huécar. Por una parte una mayor salubridad, derivada de su posición más elevada y alejada del Genil, controlado en su cabecera por los granadinos, y de las surgencias de agua de los Ojos del Huécar. En segundo lugar, la protección que le otorgaba la Acequia Madre, proveniente del río Dilar (que ya estaba bajo el dominio cristiano en todo su curso), y que se emplearía para inundar los fosos del Real. Y por último, una mayor cercanía al primitivo camino que unía las alquerías del Gozco y Belicena, que a su vez lo comunicaba con la fortaleza de Alhendín. Hacia poniente esta zona seguía estando bien pertrechada por el camino de Alcalá la Real, de donde provenían las recuas de abastecimiento. Para suplir el peor suministro de agua que tenía este emplazamiento, se debió de crear el hoy desaparecido Canal de Isabel la Católica, que traía el agua de la fuente del mismo nombre.

Figura 3. Comarca musulmana a finales del siglo XV. Fernández Aparicio (2006)
Figura 3. Comarca musulmana a finales del siglo XV. Fernández Aparicio (2006)

Pese a contar con numerosos documentos que dan pistas sobre la localización del Real de la Vega, resulta difícil situarlo con exactitud sobre un territorio tan transformado a lo largo de los siglos, en el que las construcciones y trazados tan efímeros que se realizaron han desaparecido por completo. Por tanto, habrá que acudir a otras fuentes gráficas que puedan suplir lo que las documentales y el reconocimiento in situ no logra precisar con claridad, unidas a la pervivencia en el territorio de estructuras que, pese a las continuas reparcelaciones y cambios de propiedad producidas en la Vega granadina, puedan mantenerse en algunos de sus tramos. Tal podría ser el caso de las acequias más importantes y algunos caminos (figura 3).

¿Quiere conocer un poquito más acerca del Real de la Vega? Le seguiremos contando más cosas en la próxima publicación…

 

FUENTES:

    • ESPINOSA CABEZAS, ÁNGEL. Santa Fe. Aproximaciones geográfico-históricas. Excmo. Ayuntamiento de Santa Fe, Empresa Pública del Suelo de Andalucía, Librería El Hidalgo, 1995. ISBN: 84-605-3949-0.
    • FERNÁNDEZ APARICIO, MIGUEL ÁNGEL. Santa Fe, traza y orden. Santa Fe: [Granada]: s.n., 2006. ISBN 84-689-7721-7.
    • GARCÍA PULIDO, LUIS JOSÉ; ORIHUELA UZAL, ANTONIO. “La imagen de Santa Fe (Granada) en la sillería del coro bajo de la Catedral de Toledo”. Archivo Español de Arte, LXXVII, 2004, 307, págs. 247-266. ISSN: 0004-0428.
    • GARCÍA PULIDO, LUIS JOSÉ; ORIHUELA UZAL, ANTONIO. “Nuevas aportaciones sobre las murallas y el sistema defensivo de Santa Fe (Granada)”. Archivo Español de Arte, LXXVIII, 2005, 309, págs. 23-43. ISSN: 0004-0428.
    • LAPRESA MOLINA, ELADIO. Santa Fe: historia de una ciudad del siglo XV. Universidad de Granada, 1979. ISBN: 84-338-0112-0.