Momento de la Eucaristía
Momento de la Eucaristía

Después de cuatro siglos los Agustinos Recoletos regresaron a la que fuera su casa en Santa Fe para celebrar un sencillo pero significativo acto cargado de emoción y de significación histórica. En la que fuera la capilla del convento, que hoy sigue abierta al culto como la capilla del Colegio Carmen Sallés se celebró una conferencia a cargo del padre agustino descalzo D. Antonio Álvarez seguida de una Eucaristía presidida por el prior provincial de la Orden y concelebrada por multitud de sacerdotes venidos de las casas de Granada, Loja, Motril y de Monachil .

La conferencia del padre Álvarez fue un detallado y riguroso relato de lo que fue la vida del convento de los Agustinos en Santa Fe. Desde la dificultades y estrecheces de los primeros años de la fundación hasta el arraigo de los hermanos en la ciudad de Santa Fe, que incluso tomaron como patrón el de la orden, San Agustín.

Virgen de la Consolación
Imagen de la Virgen de la Consolación

El patronazgo de la ciudad por parte del Santo de Hipona junto con el pórtico, la espadaña y el claustro del convento son los pocos pero fundamentales vestigios que quedan de la presencia agustiniana en Santa Fe. Escasas pero profundas señas históricas que dan cuenta de la obra que permaneció en Santa Fe desde principios del siglo XVII, llamados para atender las demandas religiosas de un pueblo al que los canónigos de la Colegiata no daban abasto para atender, hasta las desamortizaciones de mediados del XIX.

El convento quedó vació pero en Santa Fe quedó, entre otras muchas, la imagen de San Agustín (hoy en la Parroquia) y una imagen de la Virgen de la Consolación, advocación a la que los agustinos se encomiendan, que se custodia en el convento de la Compañía de María. Esta preciosa talla fue trasladada del convento a la capilla para esta ceremonia tan especial.

Tras la conferencia tuvo lugar la Eucaristía en la que acompañaron a los padres y religiosos venidos de la provincia las religiosas concepcionistas y de la Compañía de María que hoy conservan el que fue el convento. También participaron numerosos miembros de los grupos laicales agustinos, representación de la Hermandad Patronal de San Agustín y concejales de la corporación municipal. Los religiosos agradecieron al Ayuntamiento y a las Madres Concepcionistas y de la Compañía de María su acogida en la que ahora es su casa y entregaron un obsequio a las tres instituciones.

Terminada la Eucaristía se pasó al patio de la Residencia La Mothe de la Compañía de María, lo que antes era el claustro del convento, donde los Padres Agustinos ofrecieron un aperitivo.

Las mismas piedras que hace cuatro siglos fueron hogar de los agustinos volvieron a reencontrarse con sus fundadores en un acto que como afirmó el padre prior, no era de nostalgia sino de agradecimiento a Dios por las huellas que dejaron en Santa Fe y por la continuación que ha tenido su obra en la Orden de la Compañía de María primero y en las Madres Concepcionistas después.