• El barómetro del CIS ahonda en la crisis del PSOE que es superado por Podemos.
  • Los Presupuestos marcarán la agenda política de las próximas semanas.

Tras meses de incertidumbre y bloqueo institucional la vida política española parece volver a una relativa normalidad. Relativa porque nada volverá a ser como era antes de las elecciones generales de diciembre del pasado año. Mientras el Gobierno de Rajoy aprende a desenvolverse sin contar con la mayoría del Congreso el PSOE continúa sumido en una crisis total que no cesa y que amenaza con consumirlos.

La publicación del CIS parecía ser la primera ola que acaricia la orilla después de la tormenta pero los resultados evidencia los destrozos de la tempestad para el socialismo. Podemos adelanta al PSOE. El análisis de los resultados puede intentar paliar los daños y los dirigentes socialistas pueden disimular el golpe asumiendo la evidencia. Pero el vuelco es inapelable. La buena noticia para los socialistas es que este sondeo no precede a unas terceras elecciones, la mala es que los datos ahondan en la crisis. Cuando todavía no se ha superado el shock de la abstención y sigue en el aire las sanciones a los diputados que se saltaron la disciplina de voto, la relación con el PCS está básicamente en suspenso y los críticos con la gestora exigen la celebración del congreso, los datos del CIS es la peor noticia para un Partido socialista muy tocado.

Por su parte Mariano Rajoy iniciaba la primera tarea de su Gobierno, elaborar unos Presupuestos que contente a Bruselas y cuenten con el respaldo de la Cámara Baja, telefoneando a Albert Rivera. La consigna del PP es diálogo. Y ese diálogo parece ser la sublimación de la estrategia clásica de Rajoy, resistir. Con un Consejo de Ministros continuista que lo único que ha hecho es ratificar las rencillas internas del anterior equipo. Cospedal y Sáenz de Santamaría mal disimulan su pugna y al Presidente no parece importarle. El Ejecutivo puede convertirse en una olla a presión cuando más necesaria va a ser la unidad.

Sin duda la XII Legislatura que el Rey abrirá solemnemente en las próximas semanas se presenta cuajada de incógnitas, lo único seguro, como indica el barómetro del CIS, es la creciente desconfianza de los españoles en sus líderes políticos.