Como cada año, el penúltimo domingo del mes de octubre, la Iglesia celebra una jornada de oración y propaganda misionera en todo el mundo católico, el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones). Durante esta jornada la Iglesia Universal pide por la evangelización de todos los pueblos, recordando la cita bíblica “Y les dijo: Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio a toda la creación.” (Mc. 16:15).
Aprovechando este día tan especial, desde hace ya varios años la Parroquia de Santa Fe, en la persona de D. Eduardo Martín Ramírez, párroco de la misma, congrega a todas las entidades religiosas de la ciudad (hermandades, comunidades religiosas y grupos parroquiales) en la ya conocida como “Eucaristía del envío” para, al igual que Jesús hizo en el pasaje bíblico citado más arriba, enviar a toda la comunidad cristiana de Santa Fe a transmitir la Buena Noticia a todo el mundo en este nuevo curso que está comenzando.
Dicho acto, siempre emotivo y con un templo parroquial lleno de fieles, tuvo lugar en la Eucaristía del día de ayer, sábado 22 de octubre, a las 19.30 horas. La Eucaristía comenzaba con una solemne procesión de entrada por las naves del templo presidida por la cruz de guía, todos los representantes de las hermandades, catequistas y demás grupos parroquiales formando en dos filas con sus velas correspondientes y, para finalizar, monaguillos con el incienso y el Evangelio y el Sr. Cura Párroco cerrando la procesión de entrada. Eucaristía solemne, acompañada por las notas del órgano de la antigua colegiata y tras la homilía de D. Eduardo, Mª Luz Herrera, delegada de los catequistas de Santa Fe, como representante de toda la comunidad parroquial, en pie ante la mesa del Altar y con su mano depositada sobre los Evangelios, formuló el juramento de propagar la Buena Noticia en este nuevo curso que acabamos de iniciar. Tras ella, todos los representantes de las demás entidades religiosas y aquellos fieles que así quisieron hacerlo, se acercaron hasta el altar a depositar su mano sobre el Evangelio en símbolo de adhesión al juramento pronunciado. A continuación, la Eucaristía continuó celebrándose de forma habitual.
Un año más, como ya viene siendo tradicional en Santa Fe, mediante este sencillo pero emotivo acto, al igual que hiciera Jesucristo hace 2000 años, la Parroquia de Santa Fe envía a su pueblo a anunciar el Evangelio, cumpliendo el mandato de Jesús.